La coma del vocativo

¡Ten en cuenta la coma del vocativo!

Esta olvidada de nuestra lengua es una de las faltas más comunes al escribir, pero… vayamos por partes.

¿Qué es el vocativo?

Los lingüistas hablan de vocativo, apóstrofe o apelación a aquella palabra empleada para llamar, recabar la atención, invocar… a una persona. Es, en definitiva, el nombre en el plano de la actuación. De hecho, de forma casi involuntaria, la enfatizamos con una marca especial de entonación.

¿Cómo representarlo al escribirlo?

De lo dicho anteriormente sobre la diferenciación del vocativo a nivel hablado, vemos la necesidad de traducir esa enfatización a la escritura. Para ello, se utiliza la coma.

A nivel sintáctico, logramos así que el vocativo esté fuera de la sintaxis oracional. También aclaramos que debemos separarlo sea cual sea su posición en la oración; esto es, al principio, al final, o en medio de esta.

En verdad, este signo de puntuación cambia mucho el sentido que queremos trasladar con un conjunto de palabras.

Ejemplo.

¡Qué malo fue, Pedro!

¡Qué malo fue Pedro!

En el primer caso, nos referimos a que algo fue “malo” en una conversación con Pedro, al que se llama la atención con ese vocativo. Sin embargo, en la segunda exclamación se afirma que el malo fue Pedro.

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