¡Atentos, nueva entrevista!
Hace unos meses os anunciamos la firma del contrato de edición con Enrique García, un escritor residente en Valencia que nos había hecho llegar un compendio de relatos muy interesantes. Ahora podréis conocer un poco más sobre esta obra que se publicará dentro de unas semanas bajo el título Historias que nunca contarías a tus hijos.

Os adelantamos que sus relatos son perturbadores, transgresores, terroríficos… un viaje de emociones fuertes no apto para el público aprensivo.
¿Cuánto de ti has dejado en esta obra y sus personajes?
La verdad es que mucho, posiblemente más de lo que yo mismo crea. Ten en cuenta que es un libro de relatos, la mayoría de los cuales llevan escritos mucho tiempo, esperando su momento. Algunos fueron ideados cuando apenas tenía 17 años, con lo que literalmente hay una gran parte de mi vida volcada en este proyecto y en cada uno de sus personajes.
¿Dirías que eres la misma persona antes y después de escribirla?
Creo que un escritor crece y evoluciona a la par que su obra. Normalmente estás muy involucrado, casi sueñas con las historias y dejas mucho de ti en ellas, como he comentado antes, por lo que diría que efectivamente soy una persona muy diferente en el antes y en el después.
¿Cuánto tiempo te ha llevado desarrollar este libro?
Contando que los primeros relatos los escribiría, como ya he dicho, con unos 17 años y otros han sido muy recientes (voy a cumplir 37), la cuenta sale redonda. Pero he tenido épocas en las que escribía mucho y otras nada. Esto nos pasa a todos, por lo que he comentado con compañeros. Quiero decir que no han sido 20 años continuados. Recuerdo que en la universidad tuve una etapa en la que escribía todos los días y no dejaba de tener ideas originales. Tengo muchos relatos desde entonces, y para este libro he querido seleccionar los 20 que más me gustan y que pienso que más le pueden llegar a la gente.
¿Ha habido algo en particular que te ha haya inspirado, o algún hecho que te llevase a escribir?
Nada en particular y todo en general. Tengo 2 hermanas y son mayores que yo, y puede que este hecho me llevara a agudizar la imaginación, ya que en casa me tocaba jugar muchas veces solo. En cuanto a la inspiración, nunca sabes de dónde viene. Soy un enamorado del cine y la música, y en muchas ocasiones es de ahí de donde ha provenido la idea para desarrollar una historia. Me aficioné desde muy niño al cine de terror y ciencia ficción, y esto, obviamente, me ha condicionado mucho, creo que para bien. Cuando veía alguna de estas películas, a mis compañeros de clase a los que sus padres no les dejaban verlas les contaba historias basadas en ellas. Yo tendría 9 o 10 años, y eran los 90. No tiene nada que ver con los niños de ahora, que tienen acceso casi ilimitado a un contenido que en mi época habría sido motivo de infarto para algunos padres.
Pero hay veces que te viene de una conversación que escuchas en el autobús, por ejemplo, o de una anécdota que te cuenta un amigo. A veces, incluso, he tenido antes el título que la historia, con lo que la fuente de inspiración ha venido directamente de ahí. Es el caso de Necesito un nombre.
En cuanto a la música, que es una constante en todos mis relatos y con la que la gente podrá disfrutar a través de una playlist, supone un incombustible manantial de ideas y sensaciones. De hecho, cuando hablo de una canción en concreto en un relato, es la que escuchaba cuando lo estaba escribiendo. Esto ayuda mucho al lector a tener una experiencia más completa y a ubicarse mejor en la escena. Y a mí también me ayuda, claro.
¿En qué género o subgénero lo catalogarías?
No quiero caer en un tópico, pero lo cierto es que mis relatos son complicados de catalogar, ya que dentro de uno mismo puede haber terror, drama y erotismo. Pienso que son historias muy profundas y que van directas a los sentimientos del lector. Los sentimientos son imposibles de clasificar y por ello también lo es un libro como este, en el que existen temáticas tan diversas. Por simplificar, diría que, efectivamente, lo que más abundan son las historias de suspense, terror y fantasía.
¿Qué has pretendido resumir con el título?
Bueno, yo no tengo hijos, con lo que no me veo en la tesitura de qué cuento leerles cuando se van a dormir. Desde luego, si los tuviera, no les leería mis relatos, pues están enfocados especialmente al público adulto, no solo por la violencia o el sexo que puede haber (que lo hay en varios de ellos), sino porque muchas veces existe un trasfondo que es complejo de comprender o que tiene múltiples interpretaciones. Creo que es lo que pretende trasmitir el título: Historias que nunca contarías a tus hijos.
Honestamente, ¿te resultó difícil ponerle nombre a tu obra?
Lo cierto es que siempre he tenido mucha facilidad para ponerle título a las historias, así que no me resultó complicado. Al margen de esto, un título, sin duda, es importante. Me he tragado muchas películas solo porque el título me atraía, pero si el contenido no funciona, de nada sirve un enunciado más o menos bonito.
Algunos escritores parten con un borrador de la historia, de principio a fin, sabiendo dónde empieza y dónde debe terminar la trama. ¿Ha sido tu caso en alguno de estos relatos?
Normalmente no, aunque hay excepciones. Suelo tener muy claro el cómo empezar, dónde ambientarlo… pero el final no siempre está ideado en un primer momento. Me gusta comenzar a escribir sin tenerlo todo previsto, sin que nada esté encorsetado. Creo que así todo fluye de una manera más natural. Es como si los personajes estuvieran vivos y eligieran sus propios destinos. Una vez conocí a un tipo que me dijo que los escritores éramos como los dioses; creamos y matamos a los personajes a nuestra voluntad. No estoy del todo de acuerdo. Creo que muchas veces los personajes se escapan de tu control.
¿Consideras que han surgido subnudos inesperados a tus personajes?
Sí. Como decía antes, los personajes están vivos y muchas veces ni siquiera los autores conocemos bien cuáles van a ser sus trayectorias o las tramas que ocuparán. Creo que lo mejor es dejarse llevar por la historia.
Aun teniendo en cuenta el sentido literario y ficticio del libro, ¿existe algún mensaje que hayas querido plasmar?
Bueno, cualquier persona que lea mi libro se dará cuenta de que hay varios temas recurrentes, que podríamos también llamar miedos u obsesiones, como son, especialmente, la muerte, los amores fugaces, y en general el aprovechamiento del tiempo. La obsesión por el tiempo ha sido siempre una constante en mi vida y tal vez sea un buen mensaje para comunicar. La alarma de mi móvil siempre anuncia «Carpe diem».
¿Resaltas la vivencia de algún personaje por la cercanía que pueda despertar en el público?
Debería resaltar varios, la verdad. Pienso que mucha gente se sentirá identificada con más de uno. Entre ellos destacaría un personaje, que no siendo principal, aparece en dos relatos. El primero en Un paseo por la tierra. Tiene mucho de mí y es una enamorada de la música del pasado. No se revela su nombre, es un personaje femenino y para conocerlo… pues tendréis que leer el libro.
¿Se entiende entonces que hay personajes que aparecen en más de un relato?
Así es. Siempre me ha gustado jugar con eso. Es como cuando David Bowie hablaba del Major Tom en un par de canciones. Un personaje que creó y al que se le quedaba corto permanecer en un único tema.
En mi caso, incluso hay situaciones que se comentan y que aparecen en relatos distintos, contadas por personajes diferentes. No suelen ser principales, son algo así como secundarios que me han gustado y que hacen una especie de cameo.
¿Cuál es el contexto de las tramas en cuanto a lugar y tiempo? ¿Te has basado en descripciones y ubicaciones reales?
Tengo varios relatos ambientados en ciudades que me han enamorado, como San Francisco, New York o París, que incluso aparecen en más de un relato. Creo que todos los escritores necesitamos de puntos reales de referencia para desarrollar localizaciones. A partir de ahí, todo se sustenta mucho mejor. Por ejemplo, me sucedió con Ellos, uno de los primeros que escribí. Yo desde niño he sentido fascinación por las Tierras Altas de Escocia y decidí ambientar un relato allí. Busqué información, me documenté y elegí un pequeño pueblo llamado Glencoe. Con el paso de los años tuve la suerte de poder viajar a Escocia y, obviamente, quise visitarlo. Esto me ayudó luego a completar partes del relato y darle un contraste más real. Algo parecido también ocurre en Whiskey con diamantes, que está ambientado en Manhattan.
Luego hay lugares concretos que también me ayudan a ubicar las historias, pero que sufren alteraciones para hacerlos más estéticos… o a veces todo lo contrario. También pasa con personajes que se han basado en personas reales que he conocido.
¿Ocurre mucho esto último que comentas? ¿Están tus personajes basados en personas reales?
Normalmente no, pero hay algunos casos en los que el físico, y también ciertas situaciones que he vivido con personas que conozco, se han convertido en personajes de mis historias. Esto sucede en gran parte del relato Profundo.
¿Destacarías alguna corriente u obra literaria por haber influido en tu estilo?
Claro. Es obvio que soy un incondicional de Stephen King y especialmente de sus relatos. Los llevo leyendo desde que era un niño y me han marcado profundamente, tanto en el estilo como en las tramas. El primer libro que leí de él fue Misery, y lo alternaba con una recopilación de relatos llamada El umbral de la noche. Mi otra gran referencia es Tolkien, del cual no se puede despreciar nada, pues toda su obra funciona como un elemento único, un vasto mundo ideado por su fascinante cerebro. También mencionaría, cómo no, a Lovecraft, al que podemos considerar el padre del terror en formato relato corto, junto a Edgar Allan Poe. De hecho, el último libro que he comprado es un volumen con todos sus relatos. Azul: H2O tiene mucho de Lovecraft, por ejemplo.
¿Qué sensaciones buscas despertar en aquellos que se asomen a tus páginas?
Pues, obviamente, terror e inquietud, pero como antes dije, creo que encontrarán mucho más. Hay amores intensos, fobias y sexo muy explícito en algún relato, con lo que las sensaciones estarán a flor de piel en el lector.
¿Qué te gustaría que dijese el público tras leer tu libro?
Pienso que el mayor elogio que podría escuchar es que quisieran volver a leer algún relato en concreto, para sentirlo de nuevo. Yo, por ejemplo, tengo varias películas de las que estoy enamorado y que he visto innumerables veces. Destaco Pulp Fiction, Braveheart y Cadena perpetua. Entiendo que sería un gran elogio que un creador de historias escuchara que hay personas repitiendo la experiencia solo para disfrutarlas aún más, para encontrar nuevos detalles, etc. Pues a esto me refiero.
Mucha suerte Kike en esta aventura