¿Cómo escribir una novela?
Comenzamos la tercera y última parte de algunos aspectos a tener en cuenta. Aunque ya hemos dicho que no hay un patrón, lo siguiente te ayudará a que el conjunto de tu obra tenga un sentido más compacto y armonioso.

Los autores empiezan basándose en una idea sobre la que desarrollan su novela. En ese punto inicial, dividimos entre aquellos que van edificando de una forma libre y ligada a la creatividad instantánea, y otros que prefieren disponer un esquema que recoja, además del nudo central de la historia, otras tramas secundarias. En muchos casos, la calidad no se ve afectada por una elección u otra, pero es indudable que le existencia de un proyecto puede servir de guía y evitar bloqueos. Igualmente, no ocultaremos que podríais estar perdiendo la espontaneidad y efervescencia que despierte vuestra historia a cada paso.
Ya hablamos de los tipos de narrador y la interacción de estos también como personaje. Os invitamos a valorar si se debe utilizar o no el mismo registro lingüístico en ambas funciones.
También os pedimos que estéis observantes al contexto temporal de la novela para evitar anacronismos o incongruencias que el público pueda delatar en la lectura (salvando al género fantástico). En este sentido, nos referimos también a que los personajes estén bien definidos en vuestra mente para que no se produzcan informaciones distintas y contrarias en un mismo aspecto de estos.
Por último, destacamos el ritmo. Seguro que, sea cual sea el género de vuestra historia, deseáis enganchar al lector en las primeras páginas y no soltarlo hasta el final. Para lograr esto, es importante que se midan bien los tiempos y se gestione con destreza la entrega de información. Resaltad los momentos importantes que se dan en el libro. Si vosotros no os recreáis en su narración, el público tampoco lo hará con su lectura y estará perdiendo momentos clave en los que subirse a vuestras líneas.
Esperamos que estos consejos os sirvan de ayuda, y recordad: si queréis que vuestros lectores perciban la historia como si la estuvieran sintiendo, contadla igualmente como si vivieseis dentro de ella.